La jurisdicción universal es una doctrina de derecho internacional creada para prevenir la impunidad criminal. Para ejercer la jurisdicción universal para un delito internacional, un país lo incorpora a la legislación interna del país. Diferentes países ejercen diferentes niveles de jurisdicción universal e interpretan la doctrina de manera diferente.
Hay dos escuelas de pensamiento principales clave con respecto a la aplicación de la jurisdicción universal:
i) Jurisdicción universal absoluta: este enfoque implica la aplicación de la jurisdicción universal en circunstancias en las que solo existe una conexión limitada entre el estado fiscal y el delito. Un ejemplo infame de esto fue el juicio de Pinochet por parte de los tribunales españoles por crímenes contra la humanidad cometidos en Chile. Este enfoque ha sido objeto de controversia debido a las tensiones diplomáticas que puede causar.
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ii) Jurisdicción universal restringida: este enfoque requiere una fuerte conexión entre el estado fiscal (es decir, la víctima o el acusado relacionado con el país) y el delito cometido. Esta es la concepción más popular de la doctrina actual y el enfoque más ampliamente adoptado en la comunidad internacional. La razón de ser, porque la doctrina es garantizar que no haya un “refugio seguro” para los delincuentes internacionales dentro de una jurisdicción extranjera.
El enfoque de jurisdicción universal restringida es mucho más pragmático y evita los problemas políticos del otro método. Sin embargo, es menos efectivo para prevenir la impunidad, el objetivo fundamental de la doctrina.