Es bastante común plantear esta objeción en la política estadounidense, pero tan común que es claramente falsa.
Cada parte ha acusado a la otra de “amontonar” a la Corte Suprema desde siempre. Sin embargo, nadie ha hecho nada para abolirlo.
Es cierto que se otorga un enorme poder a la corte. Su palabra es final. No se presentan a las elecciones y su nombramiento es de por vida. Algunos tipos de ciencia política dicen que es demasiado poder, un poder sin control.
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Sin embargo. Los padres fundadores tuvieron una previsión increíble al diseñar nuestro gobierno. Una vez que estos jueces son nombrados, no están obligados a ninguna parte. Mantendrán su asiento mucho después de que el presidente que los nominó se haya ido. Nunca se postularán para la reelección.
Su único trabajo es interpretar la Constitución. Se eliminan de la turbulencia de la política diaria y son verdaderamente libres de seguir su conciencia. No responden a los titulares, sino a la historia.
Esta visión “histórica” no existe en ningún otro lugar de la política estadounidense. Y tienden a tomar la decisión correcta, de acuerdo con el largo arco de la historia. Derechos de reproducción, derechos civiles, derechos de matrimonio, etc.
Puede que no siempre lo hagan bien, pero son el único cuerpo político facultado para hacer el esfuerzo sin ninguna influencia externa.